110 | Omnibus, ominoso, omnisciente, omnipresente

Nunca había sentido tanto miedo en mi vida como aquella noche en el Ombnibus de México.
Ya estaba pensando cómo me la iban a hacer larga cuando presentara mi queja porque el autobús se está deteniendo poco a poco, y yo creo que es porque quiere frenarse y seguro hacer pasar al baño, y de paso comprar unos tacos o algunas cosa, y otros incautos más le secundan en lo que era un pequeño stop se convierte en un divertimento de una buena media hora, o más si todos se forman por su hot-dog ('hates' les dicen acá) y su café-de-olla, y ya no sé si se le puede llamar un viaje 'directo' o cómo!
La carretera oscura y gris.
Oscuridad sola y asfalto.
Hasta que todo el sueño se me baja por el agua helada que me cae encima, cuando veo a dos hombres con lo que alm parecer es un arma-larga y sus 4 X 4 en medio de la autopista.
A chingá un retén.
Ói esa m∆m∆d∆!
Ya más cerca.
Se ve que están encapuchados. Todavía no se ve el estambre de sus pasamontañas cuando apuntan hacia el autobús y su increiblemente horrible servicio y ponen las altas, como si dos camionetas vinieran en sentido contrario.
Me despabila otro goey pegándole al cristal con el cañón del arma-larga, el paramilitar amenaza al conductor. El conductor abre la puerta.
Ora hijo de su pinche madre a la verga, porqué no se para cabrón, si nos está viendo-hijoesu-pín'she-m∆dre-a-la-verg∆-el-c∆brón ‽
[El chofer se queda paralizado.]
Te va a cargar la chingada. A la otra que no abras te vuelo la jeta, ! entendemos ? El chófer en shock. Bueno hijo de su pinche madre !!
Ya valiste ! Pienso, un asalto, un  secuestro. Esto está horrible.
Nudo en la garganta seca como una gruta. Apenas puedo tragar saliva y esto apenas comienza :
Ahora sí hijos de su chí-g#-da-ma@dre, ya se los cargó la ferga hijos de su reputísim∆ madre !! Es cuando siento que vómito el lunch de autobús foráneo y siento el sándwich y la "Mierd-ind-a" entre la garganta, como... /
Tú sígueme derecho hijo de pinche madre. O te pongo un tiro en la chomba, chan'ga'ma"'e.../ regurjitando el vómito.
Ya se los cargó la chingada. Ninguno de ustedes saldrá vivo put∆s!!!
Así que ni pinschi-lloren. Al primero que llore se lo cargar la calaca-hijis-,-de-toda-su-re...
Las camionetas se abren en reversa y se ven como entre 16 y veinte blindadas 4X4  de todos colores, vinos, gris, blancas, café, verdes militar, negras, otras como con fuego, o de pintorescos paisajes hecho con aerosoles , desde desiertos, cactus, la muerte, o la simulación de disparos, la virgen, el Chapo, la Santa Muerte, El Santo Malverde.
Siento que me pongo pálido, y que mi cabeza quiere estallar, busco algo de tomar entre mis cosas. Es raro que no nos hallan pedido nuestros celulares o cosas.
La gente está desconsolada, los niños y las mujeres lloran, entre 27 y 35 pasajeros vamos en el autobús.
Avanzamos en los diez minutos más largos de mi vida. Para muchos este es su último viaje.
Tan solo queremos llegar al otro lado. Trabajar. Honradamente.
Que te des vuelta aquí, a que hijosupicschiamadre, tchingáo !
Sí no hay camino señor.
Sí digo aquí te das vuelta kbrón te das vuelta kbrón.
El camión va por la terracería.
Mis esperanzas racionales, mis utopías sociales creadas ante la justicia, la instituciones, las convenciones, la sociedad y la política de eso que insistimos en llamar civilización se quedó anclado el asfalto de la absurda autopista en el camino a Tamaulipas, que insignificante me parece ahora esa autopista como 'medio de transporte y comunicaciones', se ve insignificante al lado de la belleza del desierto, y dónde la maquinaria del omnibus igual de inválida en el inhóspito y agreste terreno desértico.
Y el autobús lleva más tiempo fuera del camino que dentro de la autopista. Si alguien me hubiera contado que estos serían los últimos días de mi vida, hubiera disfrutado un poco más.





Comentarios

Entradas populares