134 | La violencia

00001; Pintura / eRavi ; Lyon; France.


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La violencia es un rostro destrozado de un rostro después de recibir un disparo en el rostro. Así, horrible. Eso es lo que es. Puedo oírlo. Podríamos hacer algo más.

No sé que está pasando. Quiero sólo ayudar. Yo que ni siquiera sé usar un machete. Moriré solo. Aunque no necesito una niñera. 

Los sonidos de mi cerebro se escuchan como un motor de una 4×4.
Aunque sí trabajé en todo tipo de cosas. Mi hermano me enseña a manejar. Mi tío es el que me mete de ayudante de pollero. Y después de carnicero. Lo ves ? Ahora sostengo una eme diecisëis, me acerco, rodeo los matorrales. No es que quiera ayudar a la gente. Solo ya estoy harto del gobierno y esto va a continuar. Me espanta la puerta de la camioneta que la abren de repente. Vamos caminemos! Sigue el rastro. 

Cómo sabes dónde ir ! Tú sigue caminando, avanza ! Cómo está sociedad de mierd∆ que solo sabe ir hacia adelante. No sé de qué nos perdemos. De la brisa. De la plática. Después de la Pandemia mundial de veinte-veinte las cosas parecen hacerse más curiosas. Pasamos al modo supervivencia permanente. Soy un sobrevivente. Me adapto simplemente. Hago lo que tengo que hacer. La sinfónica oleada del viento y de la calle. 

Cruzo las vías del tren. Mastico las piedras y piso los durmientes como camino por mis miedos. Mi miedo a morir. Tocó la puerta del instante. Me hago hacia atrás. Tomo una barrera. Abro la puerta. Todo es en chinga. Lo hacemos rápido. Sin ahorrar balas. Vamos a fabricar muertos. A conseguir cargamentos. Pasamos a modo de sostener nuestra respiración. Le entierro el cuchillo una y otra vez, strike one, strike two. 

Nadie está en control de la situación hasta que alguien la controla. Sugiero que masajes bien este futuro. Y guarda la suerte que la vas a necesitar. Y parece que la bondad ya no está de moda. Para ser honesto. Encuentra tu propio camino a casa.

Y escucha el silencio de la noche.

Ahora mi eme diecisëis busca algo que desayunar. Y no es avena con leche. Así la escopeta que traes en la mano. Los rostros sin recuerdos se caen al suelo. Sus mejillas rompen el cemento, el piso y no les dió tiempo si quiera de mirar su pelo sacudido en el aire. No tomaron la medicina contra la vida. Parece que debemos detenernos. Me.miras fijamente. 

Avanzamos apuntando hacia esa puerta gris. Abrimos. Oscuridad. Las cunas de pólvora ya quemaron a sus criaturas que hacen en el suelo sin quijada.

Las lámparas de fuego sacudieron el silencio oscuro. Y la lámpara de cristal de la noche se encuentra contra el frío del piso. Veo los cuerpos tirados en el piso. Los veo un poco mal. Ya no uso lentes. El pasamontañas es incómodo. 

Mi corazón está en lágrimas cuando se escucha el frío del m*chete pero es duro su canto, frío, fresco, joven. Ya no te da risa. Nada te da miedo. Solo estás en las vías, en el miedo en la combinación peligrosa de resentimiento y codicia. Tus pasos ya son invisibles.
Siquiera mis pisadas se escuchan en la tierra. 

Los gritos desesperados de los levantados me tratan de agarrar las puertas o los brazos. Sus vidas se escurren liquidas entre mis dedos. Son tan fugaces. A nadie le importas. Todos creen que soy loco o estúpido. Y menos cuando el plomo atraviesa la frontera de tus pómulos. El frío sigue siendo frío. Ya no habla mucho. Ahora me ve alos ojos. No entiendo lo que dices. Te escucho y ya no suenan tus palabras. Yo ya ni siquiera tengo palabra. Sólo tengo esto. Qué es lo que quieres !

Deseas que todo sea hermoso. Pero dejas que cualquiera venga y tome todo lo tuyo —nadie tiene que llorar, nadie tiene que morir— ... Siempre hay alguien que merece más de lo que tú a mí. Aunque tarde o temprano todos llegan así tiempo. Cuando los cuernos de chivo rompen el silencio. Y dejan el cielo agujereado y las nubes en retirada. 

Tú piensas que te vas a casar hoy. Todo está preparado. Todas las mesas servidas. La banda tocando. Los asistentes. El animador y todos los cristianos ahora esperando que no los mäte una infección. O que sus ataúdes no sean tan caros. No necesitas dar Gracias. Las balas anónimas te reciben como si no las hubieras visto hace tiempo. Todo el mundo cree que tiene opciones. Pero la vida es muy corta. Las hojas de los árboles caen como la tierra sobre el ataúd. Nadie baila. Un whisky atraviesa una garganta. No escucho lo que dices. Las palabras no lastiman igual pero matan como las b*l*s. 

Cómo los muros. Todos queremos vivir, y nadie cambia. Me gusta acá afuera, incluso muero por ti. Aunque no quiera : y no quiero. Pensé que esa era la forma, y aunque ya no puedo y me exilio siempre es como ha Sido. No me busques en mis ojos por favor. Ya me he ido. La mecedora que me deja la abuela rechina. Y todo está estrellado como el parabrisas de aquellos estudiantes. (De esos migrantes, despuës) Esas n*vajas que arañan los gritos y que terminan en gritos. 

Cómo esas risas de niños que terminan en ácido. Tomo mi mochila. Nadie está feliz de verme. Y quien me ve desde el inicio se queda atrapado dentro de él mismo. Ya nos escucho las palabras. Sólo escucho las palabras de miedo en los ojos. Y no me pagan para creerle a ninguna de esas miradas. Yo pensé que había nacido para amar. Estaba equivocado cuando mis botas atacan el pavimento y mi sombrero hiere al sol observo la cacha dorada de mi escuadra o el marfil los pedazos de la marmoleada y sé que he andado en círculos como un bebé, y me doy cuenta que estoy roto en pedazos, ya no escucho el eco en el interior de mi nombre, ya todo acabó, me volteo y me dejo ir. 

Nunca abracë a una mujer en la cama. O apagué el despertador. Ni mordí una manzana. Ni desperté en un bello hotel oliendo la risa de una dama. Ahora solo pongo más alambre de púas en lo que queda de mí. Esperando matar lo más posible. Y hacerme de más dinero y ser patrón. Cuando vengan por nosotros terminaremos todo. 

El Mundo es de quien venga por él. Y algunos quieren tomar todo lo que necesitamos. Nosotros estamos preparados. Igual el patrón. Se escucha el rugir de motores. Algo dispara. Un moto se aleja. Y segresa como ecos y gritos de balas. Los cuernos de chivo saben a dónde apuntar. Y quieren morder carne. Mi compasión tomó su mochila, provisiones y se largó para siempre. 

La cordura deja una nota en la comoda del hotel. Y no regresa después de que  le puse plomo en medio de la mirada a cada uno. Una camioneta se derrapa. Tú no vas a ningún lado. Ahora se van a ch*ngar. Y detengan a esos estudiantes. Son cuatro autobuses sin armas, sin protección, sin cara, sin hogar, y ya no los verás con vida. A esos se les va a desaparecer. 

Ahora ya dejan de existir. Aunque nadie tendría que morir si todos se van a su casa. Por favor! Ahí vienen los militares ... Y las ráfagas comienzan. Todo es volátil. Y el chillido del viento se clava como estaca en la noche draculeana debajo de un puente. Ya no sè si todos tuvieron el tiro de gracia. Pero sí que son incinerados y desaparecidos del mapa. Ahora se saben que eran cuarenta y tres. De uno se encontraron lascas abandonadas en el rîo del tiempo y de la falsa historia. La simulaciôn.

Y que se arma un desm*dre. Toman esos autobuses como el grupo lo hacía cada año. Resulta que eran profesores de pueblo. Qué hicieron lo que tenían qué hacer. "Porqué hacen esto ?" Preguntan. Y ahora las noticias, películas, docuseries, libros, entrevistas y todos los periodistas del mundo intentan saber qué pasó. Porqué tanto rencor, tanta violencia.

Tanto odio. Tantas balas. Tanta violencia. Esa violencia como el rostro destrozado. Como el de esa camioneta abandonado en medio de la autopista, a medio arder. Ardiendo como estas geografïas, como mi cuerpo ardiendo. 

Dónde está ellos ahora (?)


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