25 | Nunca había tenido tanto miedo
Nunca había sentido tanto miedo en mi vida como aquella noche en el "Obnibus" de México. Ya estaba pensando cómo me la iban a hacer larga cuando me quejara porque el autobús se estaba deteniendo poco a poco, y yo creo que es porque quiere detenerse, y seguro hacer del baño, y de paso comprar unos tacos o algunas cosa, y otros incautos más le secundan en lo que era un pequeño stop se convierte en un divertimento de una buena media hora, o más si todos se forman por su hot dog y su café, y ya no sé si se le puede llamar un viaje 'directo' o cómo.
La carretera oscura y gris, sólo oscuridad y asfalto.
Hasta que todo el sueño se me baja por el agua helada que me cae encima, cuando veo a dos hombres con rifle y sus 4 X 4 en medio de la autopista.
A ching∆ un retén ? Ora, ¿ Y eso ?
Ya más cerca. Se ve están encapuchados. Todavía no se define el estambre de sus pasamontañas cuando apuntan hacia el autobús y su increiblemente horrible servicio y ponen las altas, como si dos camionetas vinieran en sentido contrario.
Pegando al cristal con el cañón del arma larga, el paramilitar amenaza al conductor. El conductor abre la puerta.
Ora hijo de su pinche madre a la Bergh∆, porqué no se para c∆brón, si nos está viendo-hijoesu-pínshe-m∆dre-a-la-b€rg∆-el-cabrón!? Tas viendo y no ves, o qué $hingáos ! Te vas a arrepentir b3rg∆, vas a ver ?
El chofer se queda paralizado. Te va a cargar l@ ching∆d@. A la otra que no abras te vuelo la jeta, ! entendemos ?
El chófer en shock.
Bueno hijo de su πnche m∆dre !!
Ya valiste !
Pienso, un asalto, un secuestro. Esto está horrible.
Nudo en la garganta seca como una gruta. Apenas puedo tragar saliva y esto apenas comienza :
Ahora sí hijos de su chin-g∆-da-m∆dre, ya se los cargó la v€rg∆ hijos de su put∆ m∆dre !!
Es cuando siento que vómito el lunch de autobús foráneo y siento el sándwich y la M¡rind∆ entre la garganta, como... /
Tú sígueme derecho hijo de pinche madre. O te pongo un tiro en la choya joetuchigám∆dre.../
/regurjitando el vómito.
Ya se los cargó la chingada cabrones ! Ninguno de ustedes saldrá vivo put∆s. Así que ni pinche lloren. Al primero que llore se lo va a cargar la chingada.
Las camionetas se abren y se ven como entre 16 y 20 blindadas 4X4 de todos colores, vinos, gris, blancas, café, verdes militar, negras, otras como con fuego, o de pintorescos paisajes hecho con aerosoles o graffitti desde desiertos, cactus, la muerte, o la simulación de disparos.
Siento que me pongo lívido, y que mi cabeza quiere estallar, busco algo de tomar entre mis cosas. Es raro que no nos hallan pedido nuestros celulares o cosas.
La gente estaba desconsolada, los niños y las mujeres llorando , entre 27 y 35 pasajeros vamos en el omniobús. Nos piden nuestras credenciales de elector o identificación.
Avanzamos en los diez minutos más largos de mi vida.
Para muchos este es su último viaje.
Tan solo queremos llegar al otro lado...
Tan sólo...
...
Trabajar.
Honradamente.
Que te des vuelta aquí, chiale que jijaela Verg∆.de.Vato me cae, chingáo ! Sí no hay camino señor. Sí digo aquí te das vuelta cabrón te das vuelta c∆brón.
Te veo tú estás paralizado. Amarillo casi verde y, sobre todo paralizado como si se te hubiera subido el muerto diez veces.
El camión va por la terracería. Creo que estoy lívido por el color también que veo en tu semblante, y en el semblante de todos los demás pasajeros.
Los hombres se ponen nerviosos. Laas mujeres lloran
Mis esperanzas racionales, mis utopías sociales creadas ante la justicia, la instituciones, las convenciones, la política, y la política de eso que insistimos en llamar civilización se quedó anclado el asfalto de la absurda autopista en el camino a Tamaulipas, que insignificante me parece ahora esa autopista como 'medio de transporte y comunicaciones', se ve insignificante al lado de la belleza del desierto, y dónde la maquinaria del autobús es igual de inválida en el inhóspito y agreste terreno desértico. Cómo en cierta película de «Elm street.»
Y el autobús lleva más tiempo fuera del camino que dentro de la autopista. Si alguien me hubiera contado que estos serían los últimos días de mi vida, hubiera disfrutado más mis últimos momentos.
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