142 | Tan blanca es la niña
Tan blanca eres mujer
que cuando
hay sol no se te ve
parece que te difundes
y el rojo de tus pecas se
hunde en tu cabellera.
Me desnudan al verme
Tus ojos naturales que
relámpagos azules
confunden con la
luz.
Tus pecas desnudas en la Luna de Lugdunum,
—Carta astral—
Silueta
de cristal
tintinean de bugambilias
en la claridad del día que
se desvanece en mi prunela
brota un fruto de la luz.
Kassaandre, Dalia, bailarina, Hygeia, Maná, Latifah, Isis, Coatlicue,
Italia, Lecce, Cassandre.
A la ventana la colora
la aurora y tu tez lozana,
cáucaso de terciopelo.
No desde que tengo memoria
se sabe
si a la ventana
habrás salido a qué ahora.
Ahora al pórtico,
a la memoria, a la montaña.
Antes que al salir ese cielo
y encontrar ésta mi piel chocolate
cómo una música que te reconoce.
Un corazón que late.
Cautivo me encanta sentir que llueves sobre mis escamas —me siento libre—, me parte.
En las
playas como esta
sueño
aventar mis prunelas a ese Luna que tornea tus ojos baleares.
Y como el
cielo cuajado de estrellas maldivas
marcan con lazcaz cósmicas
—dunas altas en tu cuerpo–
la vainilla y la gianduja.
Negli occhi
porta la mia donna amore
Perche si
fa gentil cio che l’ammira
Ov’ella
passa ogn’om ver lei si gira
E cui
saluta fa tremar lo core
Dulce melë :
Mi cielo
eres tú cuando...
tanzanite, cala,
peínsula, calanque,
atolona transparente
Inmenso mar, oceana,
dichoso y contento vuelo a verte.
No acaba de
creer
la llanura de mi ser tenerte.
Este peñasco inerte
no haya dicha mayor de volver a verte
cuando mi alma deposita sin temor su errancia.
Deforzado hallo el descanso en el pórtico
viscosa recompensa.
Alegrémonos
por este dueño
—El destino—.
Efímeren las marejadas de este lugar.
—Oh!, Afrodita! —
Diosa, deleite, ramito de té
—A quién más que a tus ojos jamás amaré Mictlántecuhtlê ?
Miel.
Mujer de fuego.
Mujer de llamas.
Saltando de
un lado a otro como conejo
de chocolate
blanco,
Équida camarguesa.
Tu cabello rojo galopa
sin cesar
ahora
por el
camino de donde, dicen, nadie... vuelve
vuelo
con las perlas que al mar
has dado, eso lo más bello
eres mi
dicha por tus ojos de anhelo.
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